El resultado de esta larga serie de cruzamientos fue la obtención de un perro muy resistente y robusto, de estructura maciza y musculoso en todas las partes del cuerpo, insensible al dolor, capaz de combatir con animales más grandes que él y matarlos. Con la capa completamente blanca, para no confundirlo con la presa que se va a abatir, el Dogo argentino se diferencia de los otros perros también por su comportamiento: ladra raramente, casi como para no querer hacer notar su presencia pero, cuando ataca, da realmente miedo. En realidad no podía ser de otra manera si se piensa en las razas con las que se ha "construido" este perro y de las cuales se ha querido transmitirle precisamente, las características que lo hacen más feroz.